sábado, 27 de diciembre de 2008

No puedo pedirte que sigas mi camino

No puedo pedirte que sigas mi camino. En mi, de mi, ya nada queda. No hay un anhelo, no hay una espera. Sólo tu amor me retenía y es este amor el que me lleva. Por el hubiera parado mi destino, mi vida, mi camino, pero ha sido el quien me ha hecho ver quien era.

Entiende qué no quiero que me acompañes, sólo deseo bendecir a ti y a quiénes te rodean. Hoy me siento el paria de está tierra. Daría mi locura por un instante junto a ti de ternura. Pero tu recuerdo en una distancia que cada segundo se convierte en una infinita grieta, me lleva allí donde la montaña empieza.

Morí, pero en el último segundo ame.

Te ame a ti.

Te recuerdo de rodillas junto a mi y me sentí estremecer cuando comprendi.

Comprendi y todo fue.

Hay tres amores.

Del primero te enamoras.

El segundo te hace responsable

El tercero....

En el tercero mueres de amor. Porque todo el pasado se desmorona, y por primera vez logras ver.

Tu mano inconsciente ha marcado mi senda, aquella que lleva a la montaña de la soledad del profeta, de la que no puedo volver, de la qué de mi ya nada deja.

Debo ir; vas en mi; estas en mi.

Amor mio del amor de mi ausencia.

...no le busques sentido, no lo tiene.

miguel mochales, maestro zen.

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