Tan sólo tu.
Tu.
Tu fuiste quien redimiste al hombre.
En ti fui dios al beber de tu luz.
Tu alumbraste la estancia obscura de mi alma.
El sexo fue ternura.
La ternura alma.
Tu, tan sólo tu.
Por un amor qué va mas allá de la cordura
De
Aquellos qué ven todo como certidumbre, iluminaste de mi alma, su estancia obscura.
Sólo tu, infinito TU
Redimiste al hombre
Del
Profeta qué va a la montaña.
Allí, cada palabra será tu nombre.
Si muriera el profeta antes de llegar a la montaña.
...no le busques sentido, no lo tiene.
miguel mochales, maestro zen.
sábado, 27 de diciembre de 2008
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